Imaginémonos un mundo…

Donde cada bebé, desde el comienzo de la vida, sea bienvenido, amado, criado, y respetado por su conciencia y por el ser tan increíble que es. A medida que estos bebés se desarrollan y crecen, así mismo crece su capacidad de amar, establecer lazos de empatía con otros, gozar de relaciones humanas y vivir una vida feliz.

A medida que madure nuestra primera generación, podremos ver el movimiento extenderse con el fin de ofrecer una mayor capacidad de aprendizaje, de inteligencia emocional y de creatividad, el surgimiento de nuevos líderes así como familias y comunidades más saludables.

Nuestro potencial es inmensurable.